María Teresa López Cerdán.
Me llamo María Teresa, tengo 18 años recién cumplidos, vivo en un pequeño pueblo de la provincia de Alicante, llamado Albatera, y el año que viene emprendo el camino hacia mi futuro: dejo mi casa para marcharme a la capital y cursar en la Universidad Complutense de Madrid la carrera de Periodismo.
Cada día que pasa, leo en las noticias algo parecido a esto: <<El fin del periodismo está cerca>> o <<Las profesiones que recogen mayor número de parados son del ámbito informativo>>. Muchas son las personas que me han aconsejado un futuro distinto, que ellos consideran mejor y que yo no pongo en duda que lo sea, porque vivir hoy del periodismo es algo sumamente laborioso. Sin embargo, tengo dos cosas a mi favor: ganas de cambiar el mundo y fuerzas para hacerlo.
Demasiadas veces he necesitado consultar en distintas fuentes una misma noticia para decidir cuál es la que se acerca a la realidad, ¿Les parece esto normal? En sus orígenes el trabajo de un buen periodista consistía en informar, con la verdad por delante y a pesar de conseguirse -todo sea dicho- unos cuantos enemigos. Ahora lo importante es fundir tus noticias con una pizca de lo que los ciudadanos quieren leer y con otra de lo que los ciudadanos “deben” creer.
Combinemos tres factores: morbo, dinero y política. ¡Premio! Acabas de conseguir una noticia que será publicada allá donde desees. Pues yo lo siento, pero no estoy dispuesta.
El periodismo se encuentra sumido en esta profunda crisis debido al afán de lucrarse antes que de informar con la verdad, que ya no es el objetivo de un periodista, al menos no de uno que realmente quiera serlo.
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