María Rosario Fuster.
Mientras el mundo seguía girando, el tiempo se detuvo en el instante en el que sus miradas se cruzaron. Y los segundos se convirtieron en eternidad. A su alrededor la gente seguía con prisas, hablando por teléfono o escuchando música. Nadie se había fijado en ese encuentro.
Cuando Marta se despertó esa mañana, revisó su agenda y empezó a calcular el tiempo que tardaría en hacer cada cosa. Mientras tanto, en la otra punta de Madrid, Javi se desperezaba y miraba por la ventana la claridad del día, cuando tuvo el presentimiento de que sería especial. No usaba agenda, ni calendario para apuntar sus recados; todo estaba en su cabeza y no hacía planes con antelación. Para él, las cosas iban surgiendo con el transcurso de las horas.
Esa mañana tenía que ir a la Gran Vía, a comprar un regalo para su madre, que cumplía años. Había pensado en un fular o un abanico, pero el caso es que nada le terminaba de agradar. Así que improvisaría, como de costumbre.
Por el contrario, Marta no podía permitirse improvisar si pretendía hacer todo lo planeado: tintorería, supermercado, quiosco de periódicos, casa de los abuelos y muchas más cosas en una larga lista. Algunos pensaban que llevaba una vida estresante. Para ella, era lo normal.
Sobre las once, se puso de camino hacia su tienda de chuches favorita,en busca del capricho de la semana. Era 25 de abril, final de mes: ¡tocaba una tableta de chocolate blanco!
En la calle le sonó un móvil: era su mejor amiga, Carla. Como de costumbre se pusieron a hablar de mil temas a la vez. Cuando llegaban al más interesante, se cruzó con sus ojos. Eran verdes y la observaban intensamente.
Javi, al cruzar la calle, había escuchado un taconeo que le obligó a buscar a su causante. Justamente, eso es lo que hizo. Al encontrarla se perdió en la inmensidad de su mirada.
Al otro lado del teléfono, Carla insistía: <<¿Me escuchas?... ¿Sigues ahí?...>>. Todo eran inútil. Para Javi y Marta el resto del mundo había desaparecido, se había detenido en el instante en el que sus miradas se encontraron.
Javi le sonrió. Marta también. Después, cada uno siguió un camino opuesto al del otro.
Él se pasó el día pensándola. Mientras, a ella le resultaba casi imposible concentrarse en sus cosas.
Al caer la noche, cada cuál recordó esa mirada fugaz. De nuevo, una sonrisa iluminaba sus rostros.
Ninguno esperaba volver a encontrar al otro en una ciudad como Madrid, en la que es fácil sentirse uno más entre la multitud.
Pero aún así, por una de esas casualidades de la vida se reencontraron mientras estaban cruzando la calle. El mismo escenario, las mismas personas, diferentes caminos y un solo destino.
Ambos siguieron; tardaron unos segundos en darse cuenta del reencuentro.
Javi fue el primero y no dudó un segundo cuando corrió hasta Marta, a la que comenzó a seguirle el paso. Iba detrás de ella y cada vez que se giraba la miraba con complicidad. Ella respondía sacando la lengua de forma burlesca.
En un momento, Marta se dio la vuelta y no le vio. Se entristeció un poco, pero al cabo de un minuto lo tenía a su lado. Se sorprendió, pero de forma casi instantánea comenzó a hablar con él. Lo hicieron durante horas. Charlaron y charlaron. Un tema desembocaba en otro y éste en una anécdota o un recuerdo de la infancia. Eran como viejos amigos que después de años vuelven a verse.
Recorrieron los sitios emblemáticos de la ciudad. El Metro y sus pies se convirtieron en sus mejores aliados. La agenda de Marta no salió del bolso en todo el día, pues ella pasó a ser el plan improvisado de Javi.
Cuando oscureció fueron a cenar. Alrededor de la una convinieron que ya era hora de que cada uno volviera a su casa. Intercambiaron teléfono y correos electrónicos. Se dieron dos besos y Javi le susurró a Marta al oído: <<Cuando quieras saltarte los esquemas, aquí me tienes>>. Ella se rio suavemente y asintió con la cabeza.
<<Lo haré>>, pensó para sus adentros.
Antes de lo que Javi esperaba, Marta le telefoneó.
No tenía ninguna excusa, así que fue sincera cuando le planteó: <<Me apetece tachar todo lo planeado en mi agenda y divertirme a tu lado>>.
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